El cáncer de próstata es el tercer tipo de tumor con mayor incidencia entre los argentinos, después del colorrectal y de pulmón. Anualmente, se diagnostican en nuestro país 11.600 nuevos casos. Riesgo cierto; 5.800 hombres mayores de 50 años son los que pueden sufrir de neoplasia cada año. En la fotografía se ve la fase de procedimiento de implante, con la imagen de la próstata en un monitor de televisión.
A pesar de la gran incidencia, los varones no están concientizados sobre la gravedad de la situación, ya que se producen anualmente 4.600 (+/-) muertes por esta enfermedad en nuestro país, de las que gran parte se podrían haber evitado con una revisión anual de la próstata que detectase el tumor en su fase inicial, permitiendo la aplicación de tratamientos mínimamente invasivos.
Por ello, es necesario que los hombres, a partir de los 50 años, acudan al medico urólogo para hacerse revisiones anuales, dado que a esa edad aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata. Su diagnóstico precoz incrementa en más de un 85% las posibilidades de éxito del tratamiento a aplicar, ya que en las primeras fases del cáncer se pueden emplear procedimientos menos agresivos para el paciente y con menos efectos secundarios, como por ejemplo la braquiterapia.
La BRAQUITERAPIA para el paciente no requiere hospitalización ya que el tratamiento es de corta duración, 45 minutos. Las dos grandes ventajas se traducen en mejora de la calidad del tratamiento y en un menor costo sanitario, al no ser necesaria la hospitalización. En la próstata se coloca pequeñas semillitas radioactivas, entre 60 y 75 unidades, en contacto con el tumor o área de enfermedad subclínica. El tratamiento puede ser exclusivo o bien un complemento de dosis a la administrada con radioterapia externa en una zona localizada. De esta forma la radiación se puede concentrar sólo en la glándula o tumor, disminuyendo así el riesgo de alcanzar los órganos sanos adyacentes (recto y vejiga).
CUADRO COMPARATIVO DE TRATAMIENTOS PARA EL CANCER DE PRÓSTATAS